El Libro de los Espíritus

Allan Kardec

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RELACIONES SIMPÁTICAS Y ANTIPÁTICAS DE LOS ESPÍRITUS. MITADES ETERNAS

291. Aparte de la simpatía general de semejanza, ¿tienen entre si los espíritus afectos particulares?

«Sí, lo mismo que los hombres; pero el lazo que une a los espíritus es más estrecho, cuando falta el cuerpo, porque no está expuesto a las vicisitudes de las pasiones».

292. ¿Sienten odio entre si los espíritus?

«Sólo entre los espíritus impuros germina el odio, y ellos son los que suscitan vuestras enemistades y disensiones».

293. Dos seres que hayan sido enemigos en la tierra, ¿se guardan resentimientos en el mundo de los espíritus?

«No, pues comprenden que el odio era estúpido y la causa pueril. Sólo los espíritus imperfectos conservan una especie de animosidad, hasta que se han purificado. Si únicamente los ha enemistado el interés material, no piensan en él por poco desmaterializados que estén. Si no existe antipatía entre ellos, concluido el motivo de separación, pueden volverse a ver hasta con placer».

Lo mismo que dos condiscípulos que, llegados a la edad de la razón, reconocen la puerilidad de las disidencias de la infancia, y cesan de tenerse mala voluntad.
294. El recuerdo de las malas acciones que dos hombres se hayan hecho, ¿es obstáculo a su simpatía?

«Sí, y los induce a alejarse».

295. ¿Qué sentimiento experimentan después de la muerte aquellos a quienes hemos hecho mal en la tierra?

«Si son buenos, perdonan según vuestro arrepentimiento, y si son malos, pueden guardar resentimiento y a veces hasta perseguiros en otra existencia. Dios puede permitirlo por via de castigo».

296. Los afectos individuales de los espíritus, ¿son susceptibles de alteración?

«No, porque no pueden engañarse; no conservan la máscara con que se ocultan los hipócritas, y por esto sus afectos, cuando son puros, son inalterables. El amor que les une es para ellos origen de suprema dicha».

297. El afecto que dos seres se han profesado en la tierra, ¿se conserva siempre en el mundo de los espíritus?

«Sin duda que sí, estando fundado en una verdadera simpatía; pero si las causas físicas tienen mayor parte que la simpatía, cesa aquél con la causa. Los afectos entre los espíritus son más sólidos y duraderos que en la tierra; porque no están subordinados al capricho de los intereses materiales y del amor propio».

298. Las almas que han de enlazarse, ¿están predestinadas a este enlace desde su origen, y cada uno de nosotros tiene en alguna parte del universo su mitad, a la cual se unirá fatalmente algún día?

«No; no existe unión particular y fatal entre dos almas. Existe unión entre todos los espíritus; pero en grados diferentes según el lugar que ocupan, es decir, según la perfección que han adquirido. Mientras más perfectos son, más unidos están. De la discordia nacen los humanos males; de la concordia la dicha completa».

299. ¿En qué sentido debe tomarse la palabra mitad de que se valen ciertos espíritus, para designar a los espíritus simpáticos?

«La expresión es inexacta, pues si un espíritu fuese mitad de otro, separado de éste, sería incompleto».

300. Reunidos dos espíritus perfectamente simpáticos, ¿lo quedan eternamente, o bien pueden separarse y unirse a otros espíritus?
«Todos los espíritus están unidos entre si: hablo de los que han llegado a la perfección. En las esferas inferiores, cuando un espíritu se eleva, no tieñe la misma simpatía hacia los que ha dejado».

301. ¿Son completamente el uno del otro, dos espíritus simpáticos, o bien la simpatía es resultado de la perfecta identidad?

«La simpatía que atrae un espíritu a otro es resultado de la perfecta concordancia de sus inclinaciones, de sus instintos. Si el uno completase al otro perdería su individualidad».

302. La identidad necesaria a la simpatía perfecta, ¿consiste sólo en la semejanza de pensamientos y sentimientos, o también en la uniformidad de conocimientos adquiridos?

«En la igualdad de grados de elevación».

303. Los espíritus que hoy no son simpáticos, ¿pueden llegar a serlo más tarde?

«Sí, todos lo serán. Así el espíritu qúe se encuentra hoy en tal esfera inferior, perfeccionándose, llegará a la esfera donde reside tal otro. Su encuentro se verificará más pronto, si el espíritu más elevado, soportando mal las pruebas a que se ha sometido, permanece en el mismo estado».

-¿Dos espíritus simpáticos pueden dejar de serlo? «Sin duda, si es perezoso el uno».

La teoria de las mitades eternas es una figura que representa la unión de dos espíritus simpáticos; es una expresión que hasta en lenguaje vulgar se usa y que no debe tomarse literalmente. Los espíritus que la han empleado ciertamente no pertenecen al orden más elevado; la esfera de sus ideas es necesariamente limitada, y acaso han expuesto su pensamiento en los mismos términos de que se hubieran valido durante la vida corporal. Es preciso, pues, rechazar la idea de que dosespíritu s creados el uno para el otro, deben reunirse fatalmente algún día en la eternidad, después de haber estado separados durante un espacio de tiempo más o menos largo.