El Libro de los Espíritus

Allan Kardec

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658. ¿La oración es agradable a Dios?

«La oración es agradable a Dios cuando la dicta el corazón porque todo para él se reduce a la intención, y la oración que sale del corazón es preferible a la que puede leerse, por bella que sea, si se lee más con los labios que con el pensamiento. La oración es agradable a Dios cuando es hecha con fe, fervor y sinceridad; pero no creas que le conmueve la del hombre vano, orgulloso y egoista, a menos que no constituya un acto de sincero arrepentimiento y de verdadera humildad».