El Libro de los Espíritus

Allan Kardec

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823. ¿De dónde procede el deseo de perpetuar su memoria con monumentos fúnebres?

«Último acto de orgullo».

-Pero la suntuosidad de los monumentos fúnebres, ¿no se debe con frecuencia más a los parientes, que quieren honrar la memoria del difunto, que al mismo difunto?

«Orgullo de los parientes que quieren glorificarse a si mismos. ¡Oh!, no siempre se hacen esas demostraciones por consideración al muerto, sino por amor propio y por consideración al mundo, y para hacer alarde de riquezas. ¿Crees que el recuerdo de un ser querido sea menos duradero en el corazón de un pobre, porque no puede depositar más que una flor en la tumba? ¿Crees tú que los mármoles salvan del olvido al que ha sido útil en la tierra?»