El Libro de los Espíritus

Allan Kardec

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985. La reencarnación del alma en un mundo menos grosero, ¿es una recompensa?

«Es consecuencia de su purificación; porque, a medida que los espíritus se depuran, se reencarnan en mundos más y más perfectos, hasta que se hayan desprendido de toda clase de materia y lavado de todas sus manchas, para gozar eternamente de la felicidad de los espíritus puros en el seno de Dios».

En los mundos en que es menos material la existencia, las necesidades son menos groseras y menos vivos todos los sufrimientos fisicos. Los hombres no sienten las malas pasiopes que, en los mundos inferiores, siembran la enemistad entre ellos. Careciendo de motivo de odio y celos, viven pacíficamente; porque practican la ley de justicia, de amor y de caridad; y no sienten los disgustos y cuidados que engendran la envidia, el orgullo y el egoísmo, y que atormentan nuestra existencia terrestre. (172-182)