El Libro de los Espíritus

Allan Kardec

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866. La fatalidad que parece presidir a los destinos materiales de nuestra vida, ¿es también, pues, efecto de nuestro libre albedrío?

«Tú mismo has elegido tu prueba. Mientras más ruda sea la soportes mejor, te elevas más. Los que pasan la vida en la abundancia y la felicidad humana son espíritus cobardes, que permanecen estacionarios. Así el número de los infortunados sobrepuja en mucho al de los felices de este mundo, dado que el mayor número de los espíritus procuran la prueba que les sea más fructífera. Aprecian con harta exactitud la futilidad de vuestras grandezas y goces. Por otra parte, la vida más feliz es siempre agitada, siempre turbada, aunque no fuese más que por la ausencia del dolor». (525 y siguiente)