El Libro de los Espíritus

Allan Kardec

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-Hay, no obstante, especies de seres vivientes, animales y plantas, cuyá reproducción indefinida seria perjudicial a otros, y de los cuales sería víctima el mismo hombre en poco tiempo, ¿comete un acto reprensible, conteniendo esa reproducción?

«Dios ha dado al hombre sobre todos los seres vivientes un poder del cual debe usar pará el bien, pero no abusar. Puede reglamentar la reproducción según las necesidades, mas no debe entorpecería sin necesidad. La acción inteligente del hombre es un contrapeso establecido por Dios a fin de equilibrar las fuerzas de la naturaleza, y esto también le distingue de los animales, porque lo hace con conocimiento de causa; pero los mismos animales concurren a este equilibrio; porque el instinto de destrucción que les ha sido dado hace que, al mismo tiempo que atienden a su propia conservación, contienen el desarrollo excesivo, y acaso peligroso, de las especies animales y vegetales de que se alimentan».