EL LIBRO DE LOS MÉDIUMS

Allan Kardec

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79. Cuando se hace el vacío bajo la campana de la máquina neumática, esta campana se adhiere con tal fuerza que es imposible levantarla por causa del peso de la columna de aire que pesa sobre ella. Que se haga entrar aire y la campana se levanta con la mayor facilitad, porque el aire de debajo hace contrapeso con el aire de encima; sin embargo, abandonada a sí misma, permanecerá sobre el platillo en virtud de la ley de gravitación. Ahora, que el aire de abajo esté comprimido, que tenga una densidad más grande que el de encima, la campana se levantará a pesar de la gravitación; si la corriente de aire es rápida y violenta, podrá sostenerse en el espacio sin ningún apoyo visible, lo mismo que se hace con ciertos muñecos que, puestos en un surtidor de agua, dan volteretas. ¿Por qué, pues, el fluido universal, que es el elemento de toda materia, estando acumulado alrededor de la mesa, no tendría la propiedad de disminuir o aumentar el peso específico relativo, como el aire lo hace con la campana de la máquina neumática, como el gas hidrógeno lo hace con los globos, sin que por esto se deroguen las leyes de la gravitación? ¿Conocéis todas las propiedades y todo el poder de este fluido? No; ¡pues bien!, no neguéis un hecho porque no podáis explicarlo.