EL CIELO Y EL INFIERNO o La Justicia Divina según el Espiritismo

Allan Kardec

Volver al menú
Pascal Lavich

El Havre, 9 de agosto de 1863


Este espíritu se comunicó espontáneamente al médium, sin que éste le hubiese conocido en su vida, ni siquiera de nombre.


“Creo en la bondad de Dios, que se servirá tener misericordia de mi pobre espíritu. ¡He sufrido mucho, mucho!... Mi cuerpo pereció en el mar. Mi espíritu estaba siempre adherido a mi cuerpo, y largo tiempo estuvo errante sobre las olas...”


La comunicación fue interrumpida, prosiguiéndola el espíritu al día siguiente:


“...Ha tenido a bien permitir que las oraciones de los que dejé en la Tierra me saquen del estado de perturbación y de incertidumbre en que mi espíritu estaba sumergido. Me han esperado mucho tiempo y pudieron encontrar mi cuerpo. Ahora descansa, y mi espíritu, separado con trabajo, ve las faltas cometidas, la prueba consumada. Dios juzga con justicia, y su bondad se extiende sobre los arrepentidos.


“Sí, mucho tiempo mi espíritu estuvo errante con mi cuerpo, porque tenía que expiar. Seguid el camino derecho, si queréis que Dios permita que se separe pronto vuestro espíritu de su envoltura. Vivid en su amor, orad, y la muerte, tan terrible para algunos, será suave para vosotros, puesto que sabéis la vida que os aguarda. Sucumbí en el mar, y me esperaron mucho tiempo. El no poder apartarme de mi cuerpo era para mí una terrible prueba, por esto tengo necesidad de vuestras oraciones, de vosotros que estáis en la creencia que salva, de vosotros que podéis rogar a Dios por mí como se debe. Me arrepiento y espero que tendrá a bien perdonarme. El cuerpo que se encontró el 6 de agosto era el de un pobre marinero. Era el mío, que pereció hace mucho tiempo. ¡Rogad por mí!”


P. ¿Dónde os han encontrado? R. Cerca de vosotros.


El Diario de El Havre del 11 de agosto de 1863 contenía el artículo siguiente, del cual no pudo tener conocimiento el médium:


“Hemos anunciado que se había encontrado el 6 de este mes el tronco de un cadáver entre Bleville y la Héve. La cabeza, los brazos y medio cuerpo había desaparecido. Sin embargo, su identidad pudo justificarse por el calzado, todavía sujeto a los pies. Así es que se ha reconocido que era el cuerpo del pescador Lavich, que pereció el 11 de diciembre a bordo del buque Alerta, destruido delante de Trouville por un golpe de mar. Lavich tenía cuarenta y nueve años, y había nacido en Calais. La viuda del difunto ha probado la identidad.”


El 12 de agosto, cuando se hablaba de este acontecimiento en el círculo donde este espíritu se había presentado por primera vez, se comunicó de nuevo espontáneamente:


“Os aseguro que soy Pascal Lavich, y tengo necesidad de vuestras oraciones. Podéis hacerme bien, porque la prueba que he sufrido ha sido terrible. La separación de mi espíritu del cuerpo no se hizo sino cuando reconocí mis faltas, y después no se apartaba de él por completo, sino que le seguía en el mar que le había tragado. Rogad, pues, a Dios que me perdone, rogadle que me dé reposo. Rogadle, os lo suplico, ¡Que este terrible fin de una existencia terrestre desgraciada sea para vosotros una enseñanza muy grande. Debéis pensar en la vida futura y no dejar de pedir a Dios su misericordia. Rogad por mí, tengo necesidad de que Dios tenga piedad de mí.”

Pascal Lavich