EL CIELO Y EL INFIERNO o La Justicia Divina según el Espiritismo

Allan Kardec

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12. Todas las religiones han debido, en su origen, estar en proporción o relación con el grado de adelanto moral e intelectual de los hombres. Éstos, todavía demasiado materiales para comprender el mérito de las cuestiones puramente espirituales, han hecho consistir la mayor parte de los deberes religiosos en el cumplimiento de formas exteriores. Durante cierto tiempo, esas formas bastaron a su razón. Más tarde, haciéndose la luz en su inteligencia, sienten el vacío que dejan las formas tras de sí, y si la religión no llena este vacío, la abandonan y se vuelven filósofos.