EL CIELO Y EL INFIERNO o La Justicia Divina según el Espiritismo

Allan Kardec

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15. La doctrina de las penas eternas absolutas conduce forzosamente a la negación o a la disminución de algunos de los atributos de Dios, y en consecuencia, es inconciliable con la perfección infinita. De donde extraeremos la siguiente conclusión:


Si Dios es perfecto, la condenación eterna no existe. Si ésta existe, Dios no es perfecto.