EL CIELO Y EL INFIERNO o La Justicia Divina según el Espiritismo

Allan Kardec

Volver al menú
18. Después de haber pecado, son los que el hombre después de la muerte, de lo que se deduce que la rehabilitación de los caídos es imposible. ¿En dónde está la imposibilidad? No se comprende que sea la consecuencia de su semejanza con el hombre después de la muerte, proposición que, por otra parte, no es muy clara. ¿Esta imposibilidad vienen de su propia voluntad, o de la de Dios? Si es fruto de su voluntad, denota una extrema perversidad, un endurecimiento absoluto en el alma. Y en este caso, no se comprende que seres tan sustancialmente malos hayan podido ser jamás ángeles de virtud, y que durante el tiempo indefinido que estuvieron entre éstos no dejaran entrever la menor señal de su naturaleza perversa. Si ésta fuera la voluntad de Dios, se comprendería menos, aunque impusiera como castigo la imposibilidad de volver al bien después de haber pecado la primera vez. El evangelio no expresa nada de esto.