EL EVANGELIO SEGÚN EL ESPIRITISMO

Allan Kardec

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45. Oración. Dios mío, bendito seáis por la felicidad que habéis concedido a N...


Espíritus buenos, haced que vea en ella un efecto de la bondad de Dios. Si el bien que se le concede es una prueba, inspiradle el pensamiento de que haga de él un buen uso y no para que le sirva de vanidad, con el fin de que este bien no sea en perjuicio suyo en el porvenir.


Vos, mi buen genio que me protegéis y deseais mi felicidad, separad de mi pensamiento todo sentimiento de envidia y de celos.