EL EVANGELIO SEGÚN EL ESPIRITISMO

Allan Kardec

Volver al menú
48. Prefacio. El no desear mal a sus enemigos, es ser caritativo a medias; la verdadera caridad requiere que les deseemos el bien, y que nos alegremos por las gracias que Dios les concede. (Cap. XII, núms. 7 y 8).