EL EVANGELIO SEGÚN EL ESPIRITISMO

Allan Kardec

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54. Oración. (Dichas por los padres). - Espíritu que te has encarnado en el cuerpo de nuestro hijo, bien venido seas entre nosotros; Dios Todopoderoso que lo habéis enviado, bendito seáis.


Este es un depósito que nos ha sido confiado, del que debemos dar cuenta en su día. Si pertenece a la nueva generación de los espíritus que debe poblar la Tierra, ¡gracias, Dios mío, por este favor! Si es un alma imperfecta, nuestro deber es ayudarla a progresar en el camino del bien, por nuestros consejos y buenos ejemplos; si cae en el mal por culpa nuestra, de ello responderemos ante vos, porque no habremos cumplido nuestra misión respecto a él.


Señor, sostenednos en nuestro trabajo y dadnos fuerza y voluntad para cumplirlo. Si este niño debe ser objeto de nuestras pruebas, ¡que se cumpla vuestra voluntad!


Espíritus buenos que habéis venido a presidir su nacimiento y debéis acompañarle durante su vida, no lo abandonéis. Separad de él a los espíritus imperfectos que pudieran inducirle al mal; dadle fuerza para resistir a sus sugestiones y el valor para sufrir con paciencia y resignación las pruebas que le esperan en la Tierra. (Capítulo XIV, núm. 9).