EL GÉNESIS LOS MILAGROS Y LAS PROFECÍAS SEGÚN EL ESPIRITISMO

Allan Kardec

Volver al menú
31. Por las comunicaciones que el hombre puede establecer ahora con los seres que han abandonado la Tierra, el hombre tiene no solamente la prueba material de la existencia e individualidad del alma, sino que comprende la solidaridad que une a los vivos con los muertos de este planeta, y a los seres de este mundo con los habitantes de otros globos. Conoce la situación de los desencarnados en el mundo espiritual. Los sigue en sus migraciones, es testigo de sus alegrías y penas, y sabe por qué son felices o desgraciados y la suerte que les espera, según hayan hecho bien o mal. Esos contactos lo inician en la vida futura, puede observarla en todas sus fases y peripecias, el futuro ya no es una vaga esperanza, sino un hecho positivo, una certeza matemática. La muerte ya no tiene nada de terrorífico, es una liberación, la puerta que conduce a la verdadera vida.