EL GÉNESIS LOS MILAGROS Y LAS PROFECÍAS SEGÚN EL ESPIRITISMO

Allan Kardec

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10. El desplazamiento lento, gradual y periódico del mar es un hecho demostrado por la experiencia y atestiguado por numerosos ejemplos en todos los puntos del globo. Su consecuencia es el mantenimiento de las fuerzas productivas de la Tierra. Esa larga inmersión constituye un descanso, durante el cual las tierras sumergidas recuperan los principios vitales agotados en razón de una producción no menos larga. Los inmensos depósitos de materias orgánicas, formados por la estancia de las aguas durante siglos y siglos, conforman los abonos naturales periódicamente renovados, mientras las generaciones se suceden sin advertir esos cambios. *


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* Entre los hechos más recientes que prueban el desplazamiento del mar, podemos citar los siguientes:

En el golfo de Gascuña, entre el viejo Soulac y la torre de Cordouan, cuando el mar está calmo, se pueden ver en el fondo del agua los lienzos de la pared de una muralla: son los restos de la antigua y gran ciudad de Noviomagus, invadida por el mar en el año 580. El islote de Cordouan, ligado a ese entonces a la costa, se halla hoy a 12 kilómetros de la misma.

En el canal de la Mancha, sobre la costa de Havre, el mar gana terreno al día a día y mina los alcantilados de Sainte-Adresse, que se desmoronan poco a poco. A dos kilómetros de la costa, entre Saint- Adresse y el cabo de la Hève, se encuentra el banco del Eclat, en otras épocas al descubrimiento y unido a tierra firme. Antiguos documentos constatan que sobre ese emplazamiento, por donde hoy se navega, existía la ciudad de Saint-Denis-Chef-de-Caux. El mar invadió el lugar en el siglo XIV y la iglesia desapareció bajo el agua en el año 1378. Se dice que cuando el tiempo está calmo se ven los restos en el fondo del mar.

Sobre casi toda la extensión del litoral holandés, el mar se retiene a fuerza de diques, que se rompen de tiempo en tiempo. El antiguo lago Flevo, reunido al mar en 1225, forma hoy el golfo de Zuyderzée. Esta irrupción de océano devoró numerosas ciudades.

De acuerdo con esto, el territorio ocupado por París y toda Francia será un día, nuevamente, invadido por el mar, como ya lo fue varias veces, según prueban las observaciones geológicas. Las partes montañosas formarán islas, como lo son hoy Jersey, Guernesey e Inglaterra, en otras épocas contiguas al continente.


Se navegará por sobre las comarcas que hoy se recorren en ferrocarril. Los navíos llegarán a Montmartre, al monte Valérien, a las colinas de Saint-Cloud y Meudon. Los bosques y los bosquecillos por donde se pasea serán amortajadas por las aguas, recubiertos de limo y poblados por peces en vez de pájaros.


El diluvio bíblico no pudo ser motivado por esto, ya que la invasión de las aguas fue súbita y su estancia corta, mientras que de otra forma hubiese sido de muchos miles de años y duraría aún, sin que los hombres se hubiesen dado cuenta de ello. [N. de A. Kardec.]