EL GÉNESIS LOS MILAGROS Y LAS PROFECÍAS SEGÚN EL ESPIRITISMO

Allan Kardec

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49. ¿Se podrá creer que esos hombres enviados a Nueva Caledonia van a transformarse súbitamente en modelos de virtud, y que van a abjurar de repente de sus errores del pasado? Quien así pensase demostraría que no conoce a la humanidad. Por la misma razón, los Espíritus de la raza adámica, una vez trasladados a la tierra de exilio, no se despojaron inmediatamente de su orgullo ni de sus malos instintos; por mucho tiempo aún conservaron las tendencias que traían, un resto de su antigua efervescencia. Ahora bien, ¿no es ese el verdadero pecado original?