MANUAL PRÁCTICO DE LAS MANIFESTACIONES ESPIRITISTAS

Allan Kardec

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FUEGO ETERNO: La idea del fuego eterno, como castigo, remonta a la mayor antigüedad, y deriva de la creencia de nuestros antepasados remotos, que colocaban los infiernos en las entrañas de la tierra, donde el fuego central les era revelado por los fenómenos geológicos. Cuando el hombre hubo adquirido nociones más elevadas sobre la naturaleza del alma, comprendió que un ser inmaterial no podía sufrir los efectos de un fuego material; pero el fuego sigue siendo el emblema del más cruel suplicio, y no se halla figura más enérgica para reflejar los sufrimientos morales del alma. En este sentido es como lo entiende hoy la alta teología, y en este sentido se dice también: abrasado de amor; consumido por el fuego de la ambición, de los celos, de la venganza, etc.