MANUAL PRÁCTICO DE LAS MANIFESTACIONES ESPIRITISTAS

Allan Kardec

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POLITEISMO (del griego polus, muchos, y theos, Dios): Religión que admite muchos dioses. En los pueblos antiguos, la palabra dios sugería la idea de potencia; para ellos, toda potencia superior a lo vulgar era un dios: los mismos hombres que hacían grandes cosas, se convertían en dioses. Los Espíritus, manifestándose por efectos que les parecían sobrenaturales, eran, a sus ojos, otras tantas divinidades, entre las que es imposible dejar de reconocer a nuestros Espíritus, en toda su escala, desde los golpeadores hasta los superiores. En los dioses de forma humana, que se trasladaban a través del espacio, cambiaban de forma y se hacían visibles o invisibles a voluntad, se reconocen todas las propiedades del periespíritu. En las pasiones que se les atribuían, reconocerse los Espíritus todavía apegados a los goces y estímulos materiales. Sus manes, sus lares y sus penates, son nuestros Espíritus familiares, nuestros genios tutelares. El conocimiento de las manifestaciones espiritistas, es, pues, la fuente del politeísmo; pero, desde la más remota antigüedad, los hombres ilustrados formaron juicio sobre estos pretendidos dioses, y dándoles un positivo valor, reconocieron en ellos los hijos de un Dios supremo, soberano señor del mundo. El Cristianismo, confirmando la doctrina de la unidad de Dios e iluminando a los hombres con la sublime moral del Evangelio, ha marcado una nueva era en la marcha ascendente de la humanidad. Sin embargo, como los Espíritus no han cesado de manifestarse, los hombres los han hecho genios o hadas, en vez de dioses.