EL GÉNESIS LOS MILAGROS Y LAS PROFECÍAS SEGÚN EL ESPIRITISMO

Allan Kardec

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8. Uno de los puntos más criticados del Génesis es el de la creación del Sol después de la luz. Trataron de explicarlo con el auxilio de los datos proporcionados por la geología, alegando que en los primeros tiempos de su formación, como se hallaba cargada de vapores densos y opacos, la atmósfera terrestre no permitía la visión del Sol, que por ese motivo no existía para la Tierra. Esta explicación podría llegar a ser admisible si en esa época ya hubiese habido habitantes que verificaran la presencia o la ausencia del Sol. Ahora bien, según el propio Moisés, en esa época no había más que plantas que, pese a todo, no habrían podido crecer y multiplicarse sin la acción del calor solar.



Existe, pues, un evidente anacronismo en el orden que estableció Moisés para la creación del Sol. Sin embargo, involuntariamente o no, él no cometió un error al decir que la luz precedió al Sol.


El Sol no es el principio de la luz universal, sino una concentración del elemento luminoso en un punto o, dicho de otro modo, del fluido que en determinadas circunstancias adquiere propiedades luminosas. Ese fluido, que es la causa, debió forzosamente preceder al Sol, que es sólo un efecto. El Sol es causa en relación con la luz que irradia, pero es efecto en relación con la luz que recibió.


En una habitación a oscuras, una vela encendida es un pequeño sol. ¿Qué es lo que se hizo para encender la vela? Se desarrolló la propiedad lumínica del fluido luminoso, y se concentró ese fluido en un punto. La vela es la causa de la luz que se difunde en la habitación; pero si el principio luminoso no hubiera existido antes de la vela, esta no habría podido ser encendida.


Lo mismo ocurre con el Sol. El error proviene de la falsa idea, alimentada durante largo tiempo, de que el universo entero comenzó con la Tierra y, por consiguiente, no se comprende que el Sol pudiera haber sido creado después de la luz. Sabemos actualmente que antes de que nuestro Sol y nuestra Tierra fuesen creados, ya existían millones de soles y de tierras que, por lo tanto, gozaban de la luz. En principio, entonces, la aseveración de Moisés es absolutamente exacta; es falsa cuando lleva a creer que la Tierra fue creada antes que el Sol. Al estar sujeta al Sol por su movimiento de traslación, la Tierra debió de ser creada después de este. Eso es lo que Moisés no podía saber, ya que ignoraba la ley de gravitación.


Esa misma idea se encuentra en la génesis según los antiguos persas. En el primer capítulo del Vendidad, al describir el origen del mundo, expresa Ormuz: “He creado la luz que fue a iluminar al Sol, la Luna y las estrellas”. (Diccionario de mitología universal). La forma aquí es, sin duda, más clara y más científica que en el Génesis de Moisés, y no requiere comentarios.