EL LIBRO DE LOS MÉDIUMS

Allan Kardec

Volver al menú
38. Sistema del charlatanismo. Entre los antagonistas, muchos atribuyen estos efectos a la superchería, por la razón de que algunos han podido imitarse. Esta suposición transformaría a todos los espiritistas en bobalicones y a todos los médiums en forjadores de patrañas, sin considerar la posición, carácter, saber y honradez de las personas. Si mereciera una contestación, diríamos que ciertos fenómenos de la física también se imitan por los prestidigitadores, y que esto no prueba nada contra la verdadera ciencia. Además hay personas cuyo carácter aparta toda sospecha de fraude y es preciso estar desprovisto de toda educación y urbanidad, para atreverse a decirles en su cara que son cómplices de charlatanismo. En un salón muy respetable, un caballero, que se tenía por bien educado, habiéndose permitido una reflexión de esta naturaleza, la señora de la casa le dijo: “Caballero, puesto que no está usted contento, se le devolverá el dinero en la puerta”; y con un gesto le hizo comprender lo que debía hacer. ¿Quiere decir por esto, que jamás haya habido abusos? Sería necesario, para creerlo, admitir que los hombres son perfectos. Se abusa de todo, aun de las cosas más santas: ¿por qué no se abusaría del Espiritismo? Pero por el mal uso que se pueda hacer de una cosa, no se debe prejuzgar nada contra la misma cosa; los informes que puedan tenerse con respecto a la buena fe de las personas están en los motivos que les hacen obrar. Donde no hay especulación, el charlatanismo no tiene nada que hacer.