EL LIBRO DE LOS MÉDIUMS

Allan Kardec

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308. La facultad mediúmnica, aun limitada a las manifestaciones físicas, no se ha dado para hacer ostentación sobre las tablas, y el que pretendiera tener a sus órdenes a los Espíritus para exhibirles en público, con mucho derecho puede ser sospechoso de charlatanismo o de prestidigitación más o menos hábil. No se olvide que todas las veces que se vean anuncios de pretendidas sesiones de espiritismo o de espiritualismo a tanto la entrada, debe recordarse el derecho que se compra al entrar.

De todo lo que precede, sacamos en consecuencia que el desinterés más absoluto es la mejor garantía contra el charlatanismo: si no asegura siempre la bondad de las comunicaciones inteligentes, quita a los Espíritus malos un poderoso medio de acción, y cierra la boca a ciertos detractores.