EL LIBRO DE LOS MÉDIUMS

Allan Kardec

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209. La fe en el médium principiante no es una condición de rigor; secunda, sí, los esfuerzos, sin contradicción, pero no es indispensable: la pureza de intención, el deseo y la buena voluntad bastan. Se han visto personas enteramente incrédulas quedarse del todo admirados al escribir a su pesar, mientras que creyentes sinceros no lo pueden conseguir; lo que prueba que esta facultad depende de una predisposición orgánica.