El Libro de los Espíritus

Allan Kardec

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1000. ¿Podemos redimir nuestras faltas en esta vida?

«Sí, reparándolas; pero no creáis redimirías con algunas pueriles privaciones, o haciendo donaciones para después de vuestra muerte, cuando ya no necesitáis lo que dais. Dios no hace caso alguno del arrepentimiento estéril, fácil siempre y que no cuesta otro trabajo que golpearse el pecho. La pérdida de un dedo haciendo un servicio, borra más faltas que llevar el cilicio durante años enteros, sin más objeto que la propia conveniencia. (726)

»Sólo con el bien se repara el mal, y ningún mérito tiene la reparación, si no afecta al hombre, ni en su orgullo ni en sus intereses materiales.

»¿De qué le sirve, para su justificación, restituir después de su muerte, los bienes mal adquiridos, cuando vienen a serle inútiles y cuando de ellos se ha aprovechado?

»¿De qué le sirven la privación de algunos goces fútiles y de algunas superfluidades, si queda en pie el daño que ha causado?

»¿De qué le sirve, en fin, humillarse ante Dios, si conserva su orgullo para con los hombres?» (720-821)