El Libro de los Espíritus

Allan Kardec

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ATRIBUTOS DE LA DIVINIDAD

10. ¿Puede el hombre comprender la naturaleza íntima de Dios?
«No, no puede; y este es uno de los sentidos que le falta aún».

11. ¿Será dado al hombre algún día comprender el misterio de la Divinidad?

«Cuando su espíritu no esté ya ofuscado por la materia y cuando, por medio de la perfección se haya aproximado a ella, la verá y la comprenderá».
La inferioridad de las facultades del hombre no le permite comprender la naturaleza intima de Dios. En la infancia de la humanidad, confúndelo a menudo el hombre con la criatura cuyas imperfecciones le atribuye; pero a medida que en él se desarrolla el sentido moral, su pensamiento penetra mejor el fondo de las cosas, y se forma de ellas una idea más exacta y más conforme con la sana razón, aunque incompleta siempre.

12. Ya que no podemos comprender la naturaleza íntima de Dios, ¿podremos tener idea de algunas de sus perfecciones?

«De algunas si, y el hombre las comprende mejor a medida que se sobrepone a la materia; porque las entrevé con el pensamiento».

13. Cuando decimos que Di'os es eterno, infinito, inmutable, inmaterial, único, omnipotente, soberanamente justo y bueno, ¿tenemos idea, perfecta de sus atributos?

«Desde vuestro punto de vista, si porque creéis abarcarlo todo; pero sabed que hay cosas superiores a la inteligencia del hombre más inteligente, y para las cuales carece de expresiones vuestro lenguaje, limitado a vuestras ideas y sensaciones. La razón os dice, en efecto, que Dios debe tener esas perfecciones en grado supremo; porque, si careciese de una sola de ellas, o si no las poseyese en grado infinito, no sería superior a todo, ni Dios, por lo tanto. Para ser superior a todas las cosas, Dios no ha de experimentar vicisitud alguna, ni tener ningúna de las imperfecciones que puede concebir la imaginación. »

Dios es eterno; porque, si hubiese tenido principio, hubiera salido de la nada, o hubiese sido creado por un ser anterior. Así es como, de grado en grado, nos remontamos al infinito y a la eternidad.

Es inmutable; porque, si estuviese sujeto a cambios, ninguna estabilidad tendrían las leyes que rigen el universo.

Es inmaterial; es decir, que su naturaleza difiere de lo que llamamos materia, pues de otro modo no sería inmutable; porque estaría sujeto a las transformaciones de la materia.

Es único; porque, si hubiese muchos dioses, no habría ni unidad de miras, ni unidad de poder en el gobierno del universo.

Es omnipotente; porque es único. Si no tuviese el poder soberano, habría algo más poderoso que él o tan poderoso como él; no habría hecho todas las cosas, y las que no hubiese hecho, serían obra de otro Dios.

Es soberanamente justo y bueno. La sabiduría providencial de las leyes divinas se reveía así en las más pequerias, como en las más grandes cosas; y esa sabiduría no nos permite dudar nf de su justicia, ni de su bondad.