El Libro de los Espíritus

Allan Kardec

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699. Respecto de ciertas personas, ¿no es el celibato un sacrificio con el fin de consagrarse más completamente al servicio de la humanidad?

«Esto es muy diferente. Yo he dicho por egoísmo. Todo sacrificio personal es meritorio cuando es por el bien, y mientras mayor es aquél, mayor es el mérito».

Dios no puede contradecirse nl encontrar malo lo que é1 ha hecho, y no puede, pues, ver un mérito en la violación de su ley; pero si el celibato no es por si mismo un estado meritorio, no sucede lo mismo cuando constituye, por renuncla de los goces de la familia, un sacrificio hecho en provecho de la humanidad. Todo sacrificio personal con la mira del bien, y sin premeditación de egoísmo, eleva al hombre por encima de su condición material.