EL EVANGELIO SEGÚN EL ESPIRITISMO

Allan Kardec

Volver al menú
5. Y había un hombre de los fariseos, llamado Nicodemo, príncipe de los judíos. - Este vió a Jesús de noche, y le dijo: Rabbi, sabemos que eres maestro venido de Dios porque ninguno puede hacer estos milagros, que tú haces, si Dios no estuviera con él.

Jesús le respondió, y le dijo: En verdad, en verdad te digo, "que no puede ver el reino de Dios si no aquel que renaciere de nuevo".

Nicodemo le dijo: ¿Cómo un hombre puede nacer siendo viejo? ¿por ventura puede volver al vientre de su madre y nacer otra vez?

Jesús respondió: En verdad, en verdad te digo, que no puede entrar en el reino de Dios, si no aquel que fuere renacido de agua y de Espíritu Santo.

Lo que es nacido de carne, carne es: y lo que es nacido de espíritu, espíritu es. - No te maravilles, porque te dije: os es necesario nacer otra vez. - El espíritu donde quiere, sopla; y oyes su voz: mas no sabes de donde viene, ni adondé va; así es todo aquel que es nacido de espíritu.

Respondió Nicodemo y le dijo: ¿Cómo puede hacerse esto? - Respondió Jesús y le dijo: ¿Tú eres maestro de Israel y esto ignoras? - En verdad, en verdad te digo: que lo que sabemos, eso hablamos, y lo que hemos visto, atestiguamos, y no recibís nuestro testimonio. - Si os he dicho cosas terrenas, y no las creéis, ¿cómo creeréis, si os dijese las celestiales? (San Juan, capítulo III, v. de 1 a 12).