EL EVANGELIO SEGÚN EL ESPIRITISMO

Allan Kardec

Volver al menú
5. Vienen, pues, a Jerusalén. Y habiendo entrado en el templo, comenzó a echar fuera a los que vendían y compraban en el templo: y trastornó las mesas de los banqueros, y las sillas de los que vendían palomas. - Y no consentía que alguno transportase mueble alguno por el templo. - Y les enseñaba diciendo: ¿No está escrito: mi casa, casa de oración será llamada de todas las gentes? Mas vosotros la habéis hecho cueva de ladrones. - Cuando lo supieron los príncipes de los sacerdotes y los escribas, buscaban cómo quitarle la vida: porque le temían por cuanto todo el pueblo estaba maravillado de su doctrina. (San Marcos, cap. XI, v. de 15 a 18. - San Mateo, capítulo XXI, v. 12 y 13).