EL EVANGELIO SEGÚN EL ESPIRITISMO

Allan Kardec

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59. Prefacio. Las oraciones por los espíritus que acaban de dejar la Tierra, no tienen sólo por objeto el darles un testimonio de simpatía, sino que tienen también por objeto ayudar a su desprendimiento, y por lo tanto, abreviar la turbación que sigue siempre a la separación, y darles más calma al despertar. Pero también en ésta, como en cualquier otra circunstancia, la eficacia está en la sinceridad del pensamiento y no en la abundancia de palabras dichas con más o menos pompa, y en las cuales muchas veces el corazón no forma ninguna parte.


Las oraciones que parten del corazón, resuenan alrededor del espíritu, cuyas ideas están aún confusas, como las voces amigas que nos sacan del sueño. (Cap. XXVII, núm. 10).