EL EVANGELIO SEGÚN EL ESPIRITISMO

Allan Kardec

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7. Los sufrimientos por causas anteriores, son, a menudo, como los de las faltas actuales; consecuencia natural de la falta cometida; es decir, que por una justicia distributiva rigurosa, el hombre sufre lo que ha hecho sufrir a los otros; si ha sido duro e inhumano, podrá a su vez ser tratado con dureza y con inhumanidad; si ha sido orgulloso, podrá nacer en una condición humillante; si ha sido avaro y egoísta y ha hecho mal uso de su fortuna, podrá carecer de lo necesario; si ha sido mal hijo, los suyos le harán sufrir.

Así es como se explican, por la pluralidad de existencias y por el destino de la tierra como mundo expiatorio, las anomalías que presenta la repartición de la felicidad y la desgracia entre los buenos y malos en la tierra; esta anomalia sólo existe en apariencia, porque se toma su punto de vista desde la vida presente; pero si uno se eleva con el pensamiento de modo que pueda abrazar una serie de existencias, verá que a cada uno se le ha dado la parte que merece, sin perjuicio de la que se le señala en el mundo de los espíritus, y que la justicia de Dios jamás se interrumpe.

El hombre nunca debe perder de vista que se halla en un mundo inferior, donde sólo permanece por sus imperfecciones. A cada vicisitud debe decirse que si perteneciera a un mundo más adelantado, no le sucederia esto, y que de él depende el no volver aquí trabajando para su mejoramiento.