EL GÉNESIS LOS MILAGROS Y LAS PROFECÍAS SEGÚN EL ESPIRITISMO

Allan Kardec

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32. Al estudiar a los espíritus, el hombre sabe que la felicidad o la desdicha en la vida espiritual son estados inherentes al grado de perfección o imperfección. Que cada cual sufre las consecuencias directas y naturales de sus errores, o, expresado de otra manera, que somos castigados por donde pecamos. Que las consecuencias duran tanto como la causa que las produjo y que el culpable sufriría eternamente si persistiese en el mal, pero que el sufrimiento cesa con el arrepentimiento y la reparación, y como depende de cada uno mejorar, todos pueden, en virtud de su albedrío, prolongar o abreviar sus sufrimientos, como el enfermo sufre por sus excesos hasta tanto no les ponga término.