EL GÉNESIS LOS MILAGROS Y LAS PROFECÍAS SEGÚN EL ESPIRITISMO

Allan Kardec

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5. El punto de partida del fluido universal es el grado de pureza absoluta, de la cual nada nos puede dar una idea; el punto opuesto es su transformación en materia tangible. Entre ambos extremos se producen numerosas transformaciones, más o menos aproximadas a uno u otro. Los fluidos más próximos a la materialidad y, por consiguiente, los menos puros, constituyen lo que podemos denominar atmósfera espiritual terrestre. En ese medio, donde también son varios los grados de pureza, los Espíritus encarnados y desencarnados de la Tierra absorben los elementos necesarios para la economía de sus existencias. Por más sutiles e impalpables que nos parezcan, esos fluidos no por eso dejan de ser de naturaleza densa, en comparación con los fluidos etéreos de las regiones superiores.


Lo mismo ocurre en la superficie de todos los mundos, salvo las diferencias en la constitución y en las condiciones de vitalidad propias de cada uno. Cuanto menos material es la vida en ellos, tanto menor es la afinidad de los fluidos espirituales con la materia propiamente dicha.


La denominación de fluidos espirituales no es rigurosamente exacta, ya que en un último análisis, son siempre materia más o menos quintaesenciada. Sólo el alma o principio inteligente es realmente espiritual. Se los denomina así por comparación y, sobre todo, por la afinidad que conservan con los Espíritus. Puede decirse que son la materia del mundo espiritual, motivo por el cual se los llama fluidos espirituales.