EL GÉNESIS LOS MILAGROS Y LAS PROFECÍAS SEGÚN EL ESPIRITISMO

Allan Kardec

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2. Desde el punto de vista de los ignorantes, la ciencia realiza milagros a diario. Si un hombre realmente muerto fuese devuelto a la vida mediante una intervención divina, habría un verdadero milagro, porque ese es un hecho contrario a las leyes de la naturaleza. Pero si en ese hombre hubiera apenas la apariencia de la muerte, si le quedara algo de vitalidad latente, y la ciencia o una acción magnética consiguiera reanimarlo, para las personas ilustradas se habría producido un fenómeno natural, aunque para el vulgo ignorante el hecho pasara por milagroso. Si un físico lanzase en medio de un descampado una cometa eléctrica e hiciera que cayese un rayo sobre un árbol, seguramente ese nuevo Prometeo sería considerado como provisto de un poder diabólico. En cambio, si Josué hubiese detenido el movimiento del Sol, o aun el de la Tierra, ahí sí tendríamos un verdadero milagro, porque no existe ningún magnetizador dotado de suficiente poder como para que produzca semejante prodigio.



Los siglos de ignorancia fueron fecundos en milagros, pues todo aquello cuya causa se desconocía era considerado sobrenatural. A medida que la ciencia reveló nuevas leyes, el círculo de lo maravilloso se fue restringiendo. No obstante, como la ciencia todavía no había explorado todo el campo de la naturaleza, una gran parte de él quedó reservada para lo maravilloso.