EL GÉNESIS LOS MILAGROS Y LAS PROFECÍAS SEGÚN EL ESPIRITISMO

Allan Kardec

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21. “Después de eso, habiendo llegado la fiesta de los judíos, Jesús fue a Jerusalén. Había en Jerusalén una piscina de las ovejas, que se llamaba en hebreo Betesda, que tenía cinco galerías. En ellas se hallaban tendidos gran número de enfermos, ciegos, cojos y los que tenían los miembros resecos, todos a la espera de que el agua fuese agitada. Porque el ángel del Señor descendía de tiempo en tiempo a la piscina y agitaba el agua, y el primero que entraba en ella después de la agitación del agua, quedaba curado de cualquier enfermedad que tuviera.


”Había allí un hombre que se encontraba enfermo hacía treinta y ocho años. Jesús, habiéndolo visto y sabiéndolo enfermo desde largo tiempo, le preguntó: ‘¿Quieres quedar curado?’ El enfermo respondió: ‘Señor, no tengo nadie que me meta en la piscina cuando el agua es agitada; y durante el tiempo que me toma llegar hasta allí, otro desciende antes que yo’. Jesús le dijo: ‘Levántate, toma tu camilla y anda’. Y al instante el hombre quedó curado, y tomando su camilla se puso a andar. Ahora, aquel día era sábado.


”Dijeron entonces los judíos a aquel que había sido curado: ‘Hoy es sábado y no te está permitido que te lleves tu camilla’. Respondió el hombre: ‘Aquel que me curó dijo: Toma tu camilla y anda’. Le preguntaron ellos entonces: ‘¿Quién fue ese que te dijo: Toma tu camilla y anda?’ Pero el que había sido curado no sabía quién era ese, porque Jesús se había retirado de en medio de la multitud que estaba allí.


”Después, al encontrar a aquel hombre en el Templo, Jesús le dijo: ‘Ves que fuiste curado; no vuelvas a pecar en el futuro, para que no te suceda algo peor’.


”El hombre fue a ver a los judíos y les dijo que era Jesús quien lo había curado. Por eso los judíos perseguían a Jesús, porque hacía esas cosas en día de sábado. Entonces, Jesús les dijo: ‘Mi Padre trabaja hasta ahora, y yo trabajo también.” (San Juan, 5:1 a 17.)